martes, 24 de abril de 2007

LOS RAROS CONSEJOS



No se porque a nosotros no nos gusta mucho lo que tenemos. Hablo de los productos humanos que van y se muestran afuera.
He oído infinidad de personas hablar de porqué no les gusta García Márquez; o Juanes; o Shakira...Y ninguna de las veces he oído una buena explicación.
Mi tesis es bastante benévola con los criticones: Yo supongo que al salir de esta raza de pobres arriados y lobos acechadores de oportunidades, unos cuantos que le han atinado a la jugada, nos da miedo que se nos acabe el cuarto de hora de buena producción y el golpe de regreso a la realidad sea más duro; me explico: si apreciar la obra de García Márquez nos va a enceguecer al punto de creernos el centro del universo, preferimos de lejitos aplaudirle sin muchas vivas y más bien esperar que no sea el único, mejor dicho, nos resulta más fácil y nos cura en salud el criticarle.

Hoy me sorprendí...(casi siempre pasa)
Me fuí a visitar la feria del libro en Bogotá, inexcluible el pabellón dedicado a García Márquez, porque a diferencia de miles que se opusieron a sus celebraciones con la simplista excusa de "porque tanto alboroto para un tipo que no vive aqui desde hace rato", a mi Gabo me enreda en sus historias y me toca despacito ir leyendo sus narraciones.

El pabellón era lo que yo esperaba, (menos mal porque de haberme puesto a soñar hubiese salido completamente desilucionada).
Al salón lo rodean páneles con información sectorizada de la vida de Gabo: sus amigos, la música, el periodismo, cien años de soledad, su abuelo, las mujeres que lo criaron, la entrega del nobel y uno en particular: el idioma español.

Este del idioma español tiene un algo especial, es diferente, es brusco, es anti todo. Aqui se resumen ideas que Gabo ha hecho a lo largo de su vida con respeto al español, nada de particular si yo hubiese sabido antes cual era la posición del nobel ante ciertas ideas, pero como era la primera vez que leía tales teorías, me quede sin habla.
Yo no sabía que la opinión de García Márquez frente a la ortografía era tan negativa.
Desde la sugerencia de unificar lo máximo posible a la J y a la G porque nos complican la vida, sin hablar de la V y la B que según él al final una de las dos sale sobrando, hasta una explicación de por que es mejor escribir con tildes que sin ellas, pero al mismo tiempo sin ellas que con ellas.
Comencé a enojarme!
Más adelante, en el sector donde habla de Aracataca, es decir donde se une la idea de Cien años de soledad y la realidad de su vida leí algo que me enojó un poco más.
Era algo a cerca de como los niños en Aracataca, esperaban en la estación del tren a cazadores de mitos, para llevarlos a cambio de unos pesos a los lugares reales de Macondo: a el árbol donde murió amarrado el Coronel Aureliano Buendía o la caja donde está enterrada Ursula Iguarán...Gabo asegura que estos niños no han leído sus libros nunca y que allí se unen tres Macondos, la de la realidad donde sale la obra, la obra en sí y la que estos pequeños con la necesidad han creado para sobrevivir.
¿ Y qué otro tipo de grito deben dar estos niños de Aracataca para que al menos se promueva en su pueblo la lectura del libro que les da de comer? ¿Será que el saber que no han leído los libros no lleva a pensar en un Porqué no lo han hecho?
Y seguí mi camino en busca de una reivindicación.

Al llegar al lugar dedicado a la entrega del premio nobel, me encontré con el documento del discurso que se dió en Estocolmo, nunca lo había leído.
Me recordó a el libro Las venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano, no se porque!Y aquí me volví fanática nuevamente.
Con una decencia y una diplomacia que pasan desapercibidas al ojo descuidado, note un tono fantástico de regaño y llamado de atención a los países europeos y del primer mundo, (al menos eso fue lo que dedujo mi comprensión lectora)
contaba Gabo como el creía entender a los jurados de la real academia de las letras al haber votado por su libro para el nobel. Dijo que debió haberlos fascinado todas esas historias de personajes con cola de cerdo, mujeres que ascendían al cielo, guerras que duraban tanto entre personas de un mismo país y demás fantasias...y les dijo que aca no sabemos cuando es una cosa real y cuando no lo es, les empezó a recordar que América -y en especial Latina- está construida con pedazos de varios países europeos; les recordó como el proceso que vivimos (a la época 1982 no ha cambiado mucho al año en curso 2007) lo vivieron también países como Inglaterra; les dijo que el realismo mágico que deslumbra a miles de lectores en el mundo, es casi el diario de los países latinos y no exactamente el realismo mágico poético sino el brusco; les dijo que nos dejarán de mirar como un objeto fascinante de exploración continua y comenzaran a ayudarnos.
Me gustó!

Ya casi de salida, bien cansada! Escuché algo que ahora catalogaré como el momento ganador de mi visita a la feria:
Describiré la escena:
Mamá entra con un niño de al rededor de unos 7-8 años.
Mamá: Sabes quién es el?
Niño: No. ¿Quién es?
M: Se llama García Márquez.
N: (insistentemente) ¿Quién es?
M: Un tipo del que seguramente te van aponer a leer un libro.
fin.

Quedé llena de dudas. ¿De quién es la culpa? ¿Será de Gabo por no vivir en colombia? ¿Será de Gabo por no ser futbolista? ¿Será de los profesores que no enseñamos desde kinder quien es Gabo? ¿Será de los profesores de la señora esa? ¿Será de Bart Simpson por no hablar de Gabo? ¿Será de Uribe? ¿Será que el niño es un preguntón? ¿ Será que estuvo bien la respuesta? ¿Será que el único premio nobel que tenemos no se merecía una mejor introducción? ¿Será que el mundo se ha vuelto loco? ¿Será que la señora esa recibió una respuesta igual cuando era niña? ¿Será que la señora odia a Gabo? ¿Qué será?

al final di un empate: 1-1 o 0-0 pues si Gabo no se arriesga más allá de las letras por los niños de Macondo (Aracataca) porqué se van a arriesgar ellos a indagar más a cerca de él y esos son los niños que serán papas y contestarán mañana a sus hijos: "Es un tipo del que te van a poner a leer después".

PD: Maldita sea, me sigue gustando Gabo!